6 de Marzo de 2012. 8am
Brasil. Praia do Rosa.

A raíz de una nota en Página 12 de Mariano Blejman Surge, sumado a los estudios previos para la tesis de posgrado, este análisis, sobre el acceso al conocimiento en la era digital.

Si al descargar un libro, se puede reproducir de infinitas maneras. Se podrían pensar varias cosas al respecto: que el archivo esté hecho de tal manera que a medida que se descarga pierda valor o aumente, o que cada vez sea mas complicádo de copiar. Esto requeriría una ingienería de software posible, con el fin de procurar un tipo de intercambio regulado. Que las librerías tengan una cuota mínima, ya existe. Que la editoriales tendrán que cambiar sus lógicas como las discográficas es un hecho. El costo de producción de un libro para hacer una tirada de 5000 ejemplares se multiplica por 5, mas los honorarios de la editora, diseñador, ilustrador, luz, etc. En cambio el costo de la producción personal/individual es nulo o muy bajo y tiene el alcance de millones o bien infinito dentro de la red de redes. (ver película press, pause and play Youtube)

Entonces aquí se encuentra el qui de la cuestión donde hay que derimir, sobre una industria actual antigua en sus modos de produccion de costos altos, y la economía de recursos que presenta la lógica/interfase/ de intercambio en la internet, la red de usuarios y de sharing mas grande du mundo. La gran mayoría estamos de acuerdo en que queremos un libre acceso a la información, un fácil, simple, y muy económico acceso al conocimiento. Hoy, la realidad presenta un caudal de información sobre historia mundial, geografía, audiovisual, etc, dentro de la red, que nos permite hacer un uso cotidiano a medida de las necesidades de cada uno. El énfasis en este tema está en que hay que cambiar el modo de acceder al conocimiento. Cambiar el modo de regulación, entre lo que se produce y tiene un costo, y lo que se intercambia/descarga de modo “gratuito”. Decimos así, entre comillas, porque para conectarnos a la web debemos pagar un arancel. De modo que no negamos la lógica, la cibercepcion que nos propone la actualidad, sino bien todo lo contrario, apoyamos este modo de conocer, este cambio paradigmático que deja la revolución de la imprenta de Gutenberg como un hecho muy menor, en cuanto al alcance del conocimiento. Tampoco queremos que se vuelva una gran corporatividad del acceso al conocimiento, pero no compartimos la gratuitidad cuando en un libro, una foto, una película, hubo costos de producción inexorables que en su inmediatez y en su fácil reproducción, se vuelven totalmente gratuitos. To be continued..

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