Diseño Audiovisual. La Ferla. FADU. UBA
Dan Waisman
La exposición exhibida en el Espacio Fundación Telefónica, presenta el trabajo de dos artista brasileras, que luego de cuatro años armaron un espacio donde la gente que pasa le da sentido a la obra. Curada por Arlindo Machado, la exposición interactiva es titulada “OP_ERA: El Cuerpo como Interfase” y fue realizada por Daniela Kutschat y Rejane Cantoni.Desde el titulo de la exposición ya se puede desmontar la estructura en la que se va a navegar por la exposición, el OP_ERA bien puede ser leído como OPERA en el sentido teatral y musical, o en su variante como aquel que OPÉRA sobre otra cosa o en otra instancia como aquella vanguardia dedica al Op art, al arte óptico, concluyendo en la Era Óptica. Todas estos significados son totalmente relacionables al trabajo realizado en las tres salas del espacio, que una vez más nos brinda una exposición relacionada con el lugar con el que se esta participando (Telefónica, como empresa de Telecomunicaciones). Las salas se denominan OP_ERA: Sonic Dimension, OP_ERA: Haptic Wall y OP_ERA: Sonic Interface, esta ultima ubicada en la planta baja, presentando una serie de varias mangueras transparentes colgadas del techo, en las que en su extremo se encuentra un parlante. De aquí que al entrar a la sala se puede jugar con atravesar el lugar de un lado al otro con un amigo y divertirse del solo hecho de desplazarse por el lugar (como sucedió con una instalación en el exterior del MALBA), ero este no es sentido de la obra, al acercarnos los parlantes a la oreja podemos percibir sonidos raros, y variados, estos provienen de diferentes puntos desde el nivel del suelo, hasta el cielo pasando por la altura de la cabeza. Estos sonidos son extraídos de mics ubicados fuera de la fundación, el cual nos permite escuchar ruidos de diferentes lados a la vez, dando como resultado al sujeto como el mixer y el que controla la entrada y la salida de un sonido, también se podría decir que al apagar la llave de luz de mi casa funciono como mixer, pero bueno, eso seria para otro ensayo. En la sala de arriba se encuentra las otras dos partes de la obra, en una tenemos una pared acolchonada y unos micrófonos dispuestos de tal manera que al pronunciar un sonido este se percibe por estar en contacto con la pared en forma de vibraciones, y el otro son tres pantallas que simulan a través de líneas proyectadas sobre la misma, los movimientos ejercidos por nuestra manos por delante, a través de sensores láser que transmiten una señal a una computadora y esta la reproduce por medio de un proyector a las tres pantallas ubicadas de forma octogonal generando un cubo. Esta ultima trabaja con una imagen pura, esto remite a que las líneas representan lo que bien podría ser un arpa, pero la idea se queda en la abstracción de líneas movidas y sonidos surgidos del accionar y del intervenir sobre la obra, lo que remarca la idea de que sin una persona, sin la experiencia, la obra desaparece.
La totalidad de la muestra nos traslada a una experiencia totalmente sensorial en la que excepto el gusto, todos los sentidos son puestos a prueba, y todo por medio de tecnologías en un caso (sonic interface) simples y por otro (sonic dimension) hiper complejas y de altos costos. “La interactividad inaugura un genero enraizado en el audiovisual –el cine, la televisión, la música- en lo que concierne a su despliegue en el tiempo, pero con una diferencia importante: las obras vía ordenador no se contemplan, sino que se exploran” (X. Berenguer –“El medio es el programa”). También es una instalación en la que el espectador no puede tomar una posición pasiva ante la obra, como podria ser en el cine, sino que aquí, al igual que en la exposición de Douglas Gordon, la sala invita al espectador participativo a moverse y trasladarse por el espacio sin necesidad de seguir un camino o bien quedarse parado. La interactividad planteada aquí es principal y para que pueda funcionar tal cual se pretende, requiere de una combinación de conocimientos científicos – matemáticos, informativos y digitales. “En el sentido más evolucionado, la interactividad invita al usuario / ínteractor a hacer contribuciones a la propia obra; el autor se ve pues abocado a perder el control sobre ella. La interacción implica pues una tensión entre dos fuerzas: la necesidad de controlar el desplegamiento de la obra, por parte del autor, y la libertad de explorarla como quiera, incluso modificarla, por parte del espectador / ínteractor” (Berenguer). De acá que se puede también hablar de un cuestionamiento al control/libertad que las nuevas tecnologías como los navegadores de la Web nos plantean, esta supuesta libertad de acceso a millones de cosas que a la vez son manipuladas y controladas para que solo se digiera las que el mercado y sus potencias financieras quieran que veamos.